Mi naturaleza me obliga a ocultarme, imposible es evitar que duela.
Los códigos que retozan entre las finas fibras de las ondas espaciales, se me pegan en la cara, caen en el ojo. Entonces el inconsciente me empuja a responder preguntas que nadie me hizo, «Fue una pajita», así le llamé, «solo una una pajita», pero no fue eso, no fue solo eso… mas bien «materia», de lo que todos estamos hechos.
Y yo me niego a aceptar las consecuencias de aquel hecho como una situación circunstancial, porque los azares de la vida son fruto de hechos concretos, que aun no entendemos.
Por eso el alarme, la sensibilidad, el talento que he llegado a desarrollar de ocultar mis provisiones cada vez que un objeto no identificado se acerca, al estilo moríviví, aunque no parezca, estoy aquí.
Marifa
Pintura: «Dafne» de Eric Tabales.