Un golpe a nuestro ego. Definitivo. Directo. Tormentoso.
Inventarse fantasmas malévolos. Culparles de nuestros tropiezos. Acusarles por difamación. Defender nuestro caso frente al Ministerio Público. Perderlo por “delirios de persecución.”
Chocar con una pared de cemento, asumir nuestra responsabilidad sin muchas ganas.
Justificaciones injustificadas.
Cargar con las consecuencias, he ahí la frustración
He ahí la razón por la que uno piensa es mejor ignorar nuestras equivocaciones en vez de aceptarlas y remediarlas.
Realidad de realidades, todo es realidad.
Que crecer también es preciso evolucionar.
Quitar los pellejos que entorpecen que la piel nueva y reluciente aflore.
La cuestión está en dejarnos llevar.
