Los años convierten el amor en un juego de estrategia, donde cada quien pone su experiencia sobre los sentidos, la razón sobre el impulso, la precaución sobre el deseo. Donde no hay miedo al tiempo, sino al desperdicio. Donde se entiende que la química es necesaria, pero no suficiente.
Los años, irónicamente, vuelven al amor inteligente.
Marifa
Una respuesta a “Los años”
Interesante, no lo había considerado así hasta hoy.
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