Le había comentado a una amiga que Oscar Wilde era uno de mis escritores favoritos. Salió de vacaciones fuera del país. Al retornar, me sorprendió con una pieza arquitectónica de valor incalculable, «La decadencia de la mentira.»
Al ver el nombre de la portada, sentí la misma intriga que de seguro les invade. Tuve que aplazar su lectura. En cuanto pude organizarme, no escatimé esfuerzos y me lo devoré de un tirón. Me hizo muy bien…
¿Qué tanto la vida inspira el arte?
El argumento se desarrolla en forma de diálogo entre dos personajes: Cyril y Vivian. El primero recrimina al segundo porque se pasa demasiado tiempo en la biblioteca, a lo que el segundo le responde que poco le interesa salir de su espacio, pues según él, cuanto más estudia el arte, menos le interesa la naturaleza. En eso se va generando el debate.
Es posible determinar, desde el principio, la posición de Wilde frente a lo que el mismo entendía como «la epidemia de la realidad sobre el arte», de hecho, aporta reflexiones interesantes como las siguientes:
«Siempre la literatura se anticipa a la vida. No la copia, la moldea para sus fines.»
«La gente dice, hablando con descuido, «un mentiroso nato», como dice, «un poema nato». En ambas se equivoca. La mentira y la poesía son artes; artes que, como supo ver Platón, no carecen de parentesco, y que requieren el estudio más atento, la entrega más desinteresada.»
«Pero allí donde hemos vuelto a la vida y a la naturaleza, nuestra labor ha sido siempre vulgar, ordinaria y vacía de interés. La tapicería moderna, con sus efectos aéreos, su calculada perspectiva, sus anchas extensiones de cielo desierto, su realismo fiel y laborioso, carece de la más mínima belleza.»
«La naturaleza tiene buenas intenciones, por su puesto; pero, como dijo Aristóteles, no sabe hacerlas realidad.»
Wilde logra una atmósfera en donde las preguntas de Cyril, y las respuestas de Vivian, dejan en claro su crítica, de las cuales no se les salvan ni autores de la talla de Charles Dickens, Honoré de Balzac, Wilian Shakespeare y George Meredith.
La realidad supera a la ficción
¿Qué pensaría Wilde sobre esto? Creo que estaría muy en desacuerdo con algunos géneros cinematográficos como los documentales, mas bien con algunas clase de ellos, o bien no los consideraría como piezas de arte ¿y que diría de la fotografía urbana o social? Pues entiendo que realizaría un análisis en donde sacaría a colación alguno que otro exponente que sí cumpla con sus exigencias. Lo tendría mucho más difícil porque hoy día se le llama arte a casi que cualquier cosa. El debate sería surtido, enriquecedor y un tanto frustrante.
En cuanto a mi , concuerdo con el escritor en el hecho de que la mentira es parte esencial para la construcción del arte, de hecho, va muy relacionado con la creatividad. Sin embargo entiendo que si bien el arte puede nutrirse en sí mismo, la realidad lleva y define el comportamiento de quienes lo hacen, es por lo que se me dificulta el estudiar una composición sin tomar en cuenta el entorno social que rodea a sus creadores.
Definitivamente es un tema que tiene mucha tela para hacer trajes, vestidos, pantalones…. válido para realizar toda una temporada de ello ¿La hacemos? Déjenme saber en los comentarios si estarían dispuestos en probarse los ropajes.
Gracias por leer, nos vemos pronto.
«No me gusta mentir, aun así amo la fantasía, cosa que en esencia es mentira, pero una mentira necesaria.»
Marifa
2 respuestas a “¿La realidad supera la ficción? Veamos qué nos dice Oscar Wilde al respecto”
Muy bueno y coincido con la última cita.
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Gracias Marta, que bueno que te haya gustado, un abrazo ☺️🤗
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