Soñé que le enviaba unos de los versos que por aquí anda suelto. Se me dificultó divisar el mensaje en concreto, si que lo sentía en mi pecho, latente, instenso, directo.
Soñe que era corto, que me respondía, pero yo, temerosa, me limité a observar como poco a poco la pantalla de mi celular se minaba de notificaciones de whattapp. Desperté con el corazón en otras partes, con el mismo miedo que desde hace un buen tiempo me aturde, convencida de que nunca seré capaz de enviarle ese mensaje, así como será difícil el que vea este escrito, así como le será imposible adivinar de que le hablo a usted.
¿El tema de la discordia? Mi cobardía, de la que ya me había percatado, con la cual puedo vivir sin problemas. Tal vez usted esté sufriendo las mismas consecuencias, y le importe igual o menos. En su caso sí me daría pena. Revestido de seguridad, elegancia y conocimiento infinito, se le dificultó el dar un paso más allá, cuando al fin se dejó llevar , la tensión lo obligó a esconderse, Fue así que entre cambios bruscos hacia mi trato, y otras desavenencia, empezamos a ignorar los sentimientos que hoy nos atormentan mediante sueños incompletos.
Al menos yo los escribo, tú los almacenas, eso a mi sí que me daría vergüenza.
Marifa
Pintura: «—–«. de Mark Ryden.
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2 respuestas a “Sueños incompletos”
Muy buena moraleja
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Gracias por leer 🙂
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