Me rompiste el corazón, sí, pero no en mil pedazos, solo en dos,
los momentos de efervescencia eran solo eso, espuma,
¿Y tú esencia? insuficiente, ibas succionando toda mi energía, por eso me hacía falta fuerzas, brillo, mí de mí,
te hizo falta ese toque único que uno no puede dejar ir, porque de hacerlo, uno se queda en modo «pudo haber sido.»
Me rompiste el corazón, sí, pero no en mil pedazos, solo en dos, tu indiferencia me era ajena,
me dolía, a medias, ¿Entiendes? Fingía que todo estaba bien, ni siquiera te dabas cuenta, a tal grado de soledad vivía, por ello, a final de cuentas, me rompiste el corazón en dos, porque tiempo y espacio pesan.
Marifa
Foto: Silvia Grav.