Un verso se me escapó de pronto,
le dejé divertirse un poco.
Cuando quise finalizar el escrito,
le llamé de prisa.
Me ignoró,
seguía en su baile exótico con la nada y el olvido.
Hecha un manojo de furia,
valga los signos de admiración,
vociferé lo más fuerte que mis cuerdas vocales me permitieron,
esfuerzo hecho en vano,
subía el volumen de la música triste,
bajaban las ganas de trazar en papel,
cientos de hormigas caminado en los brazos,
nubes narcóticas envolviendo el cerebro,
ojos brotando inestabilidad,
piernas temblando sin razón aparente,
y allí al punto del colapso… vuelve,
cuanta falta me hacías verso rebelde.
Marifa
Pintura: «Versos en vuelo» de Ricardo Avalo.