La noche está de luto en memoria de una historia que
duró toda la vida recogida en un segundo.
El viento está llorando. Su alma flota, rota.
Di variando en el espacio. Buscando algo
que una vez tuvo en sus brazos.
La luna está en protesta. No reconoce el hecho de que
el ¨hubo¨ no ¨habrá¨, que el ¨amó demasiado¨, fue
muy poco.
Las grises nubes la secundan, entorpeciendo la vista del
el astro menor que una vez transmitió
los mensajes de aquel gran amor.
Ahora todo está en silencio.
El calor, el frío. La brisa, la sequedad y el sueño,
se van rindiendo. Permitiéndoles olvidar.
Dejándoles descansar, sobre su soledad.
Marifa