Semejante esplendor provocó que contemplara la belleza de su ser. Es imposible que pases desapercibida, aunque sé que no quieres llamar la atención, la mereces toda. Minutos de admiración y gratitud por haber sido la fuente de inspiración de tantas almas sumergidas en los vacíos de la noche turbia, que resulta maravillosa por el simple hecho de que tú, cándido lucero celestial, has decidido aparecer.
Observar el camino de regreso da suficientes razones para valorar lo simple y bello que resulta el universo con creaciones tan complejas como tú. Todo esto salió a flote por el mero hecho de que me detuve a mirar el cielo, imagina si te tengo cerca.
Único astro sideral, debo decir, con todo respeto, que me sorprendes, me sonrojas, me encantas. Te deseo más que a nada en este mundo.
Aquí estoy para ti, cada vez que desees volver.
Marifa