Estamos vivos, tenemos la dicha de respirar, de ver a nuestro al rededor los detalles que muchos ignoran, las grandezas que poco aprovechan, el don de entender lo que la mayoría de la gente nunca llega a pensar. Cualidades inefables, bendiciones abundantes, y por las nimiedades de la vida, por esos simples tropiezos, nos cuesta dar gracias. Gracias a Dios gracias por ser, gracias por dejarnos ser. Gracias por limar el camino del conocimiento y la comprensión eterna.
Gracias señor
Marifa