Desesperación

Litros de sangre llevándose todo a su paso, provocando que de la piel salga agua, incontrolable cúmulo de agua viscosa. Las manos frías, el pecho absorto ante tantos contratiempos fugaces.

Cerebro bloqueado por el cuarto menguante que en realidad es luna llena. Los ojos dilatados, la respiración pesada, las piernas golpeando el piso cual si fueran martillos,  cuello rígido buscando esquivar los destellos de la realidad que por dentro quema.

Descubres que no estás bien cuando respiras profundo y resulta en vano, entonces, entonces estás perdido. El colapso y el tiempo empiezan a apoderarse de ti. Los síntomas anteriores fueron solo el comienzo.

Crees que debes ponerte de pie, lo haces. Caminas a ninguna parte y sigues respirando profundo, aun no funciona, te espantas.

Las venas salen a saludar, la espalda te empieza a pesar. Los pasos se vuelven cortos, sientes que vas nadando en arena movediza, te hundes. Mente en blanco.

 

Marifa

 

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