Expresar con palabras todas las emociones que nos golpeaban mientras caminábamos, es imposible, un pueblo unido contra la venenosa acción que tantos políticos y empresarios han cometido contra la nación, es invencible.
Muchos insisten en que no valdrá la pena, yo digo que es solo un paso, uno de tantos los que haremos por el cambio, para que la cultura de la corrupción no esté inscrita dentro de nuestra identidad, para que nuestros hijos, nuestra descendencia, tengan algo bueno, puedan vivir en un ambiente de equidad, libertad y respeto.
No hubo distinción entre clases sociales, ni color de piel, ni ideologías políticas, ni creencias religiosas y mucho menos de edad, fuimos uno por el bien de todos.
Yo sí creo en mi país, yo sí creo en mi gente, yo sí amo mis raíces y por eso vocifero sin miedo, ¡No a la impunidad!
Marifa