Pixeles a gran escala junto al marco de colores
siembran en tierra de la memoria,
un sin fin de sin sabores.
Van brotando sentimientos, salen
pétalos de aliento, sonrisas,
llanto, diversión, duda, y sobre todo amor.
Al contemplar la flor que empavonada
se expone, se vislumbra en casa hoja
heterogénea estructura.
Unas lineas de aprendizaje constante,
otra de quienes han abonado
de momentos importantes,
entonces, en el borde queda
el arrepentimiento.
A medida que las estaciones
provocan cambios en el ambiente,
la dulce gardenia, se mantiene
firme en su escena.
Circunstancias casi acaban con su
función, pero siempre el corazón
puede más que la estación.
De pronto a su lado brotan
plantas de su especie
con características diferentes.
Ella sonríe, trata de saludar,
mas ninguna se mueve de su lugar,
no presiona la situación, entiende
cual es su posición.
La gardenia crece, crece
cada día nacen nuevos trazos
en su vientre, entonces, de
repente llega el día de la muerte.
Un cúmulo de agua salada arrasa
con el terreno, la gardenia no se inmuta
porque va llegar al cielo.
Mientras juega con las olas del
tiempo, va contando cada parte
de su cuerpo, le sorprende una
sonrisa traviesa, le faltaban
anteras en el centro.
Marifa
Una respuesta a “Y nació una gardenia”
Juega con las olas del.tiempo..Precioso Marifa lleno se sentires y aromas desde el alma ,Preciosas letras-Un cálido abrazo para ti 🙂
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