Mientras retomo el camino a casa, cruzo la avenida. Recuesto en el maco de la ventana del auto. A lo lejos resuenan las voces del conductor y los pasajeros, hablan algo de política, deportes, nada nuevo.
Sumerjo en mil pensamientos, la retina captura el ambiente. Estoy allí, pero no estoy. Las horas anteriores son las culpables de mi ausencia, me dejaron grandes lecciones. Confirmaron las profecías que ya cientos han proclamado.
Aunque suene sucio, debo expresar con sinceridad lo que siento, y es que la rabia me impulsa a desahogarme con propiedad, sin embargo no quiero arrepentirme de lo que puedan causar las palabras que vaya a escribir.
Sé que no soy una figura importante, tal vez nadie lea estas lineas, mas queda la duda de si habrá alguien a quien afecte, o moleste. De todos modos esto es así, ¿verdad?, es imposible agradar a todos, bueno sí es posible, pero allí no estarás incluido, entonces deja de serlo. Y bueno, ahí va…
La humanidad se está yendo al caño. Somos un conglomerado de heces fecales andantes. No deseo caer en clichés, pero es bueno recordarlo. Se siente bien poder repetirlo unas cuantas veces. La humanidad se está yendo al caño…
Todo el mundo »jala pa’ su lao», como dicen en mi país. Me negaba a aceptarlo, pensé que era algo pesimista hablar de esa manera, porque me resultaba poco creíble el hecho de que las personas ideasen planes solo con el propósito de beneficiar su yo interno. No, no soy una ingenua que se ha visto exenta de esas prácticas, pero se han vuelto tan asiduas, me ha pasado ya demasiado, que ya ni me molesta tanto. Eso debería preocuparnos.
Cuando digo beneficiar, estoy siendo muy considerada, porque el hecho no es que se beneficien, más bien, que no se sacian. Una entidad que sea capaz de perjudicar al otro para conseguir lo que quiere no puede, ni merece ser llamado humano.
Sí, eso es algo que ha existido siempre. Sí, en el mundo hay de todo, estoy de acuerdo, mas hay algo que ha cambiado notablemente. No hay reacciones. No hay movimiento. No hay nada, solo palabras y ni eso, ¿Qué nos pasa?
Sí. los romanos lo hicieron. Sí, Sodoma y Gomorra. Sí, Alemania. Sí, Hirochima. Sí, Vietnam. Sí, sí, sí….. ¿ A caso eso nos impide hacer algo diferente?, espero que no. A pesar de todo, aún queda en mí esa poca de esperanza. Creo que es posible, pero nada se soluciona solo con creer…
Marifa
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4 respuestas a “¿Qué nos está pasando?”
No eres la única. Yo pienso lo mismo que tu. Ojalá exista realmente la posibilidad de que todo cambie 😢
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Quiera Dios, yo no pierdo la esperanza, porque cuando más siento que vamos a un precipicio, aparecen personas que me secundan. Solo nos resta hacer nuestra parte y bueno, esperar. Un abrazo :*
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No es que cada uno jala para su lado lo que hecha todo a perder, sino que se den el trabajo de interponerse en el lado de los demás o que no les importe pasar a llevar a cualquiera para seguir con su camino.
Si cada uno jara para su lado sin molestar al resto sería también mucho mejor para todos. Avanzaríamos más lentos como sociedad pero nos llevaríamos mucho mejor.
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No creo. Sabes que cuando digo, qe cada uno jala para su lado me refiero a solo pensar en nuestros beneficios antes que en un bien común. Creo que avanzamos más rápido con el individualismo, porque al fin y al cabo es la parte monetaria que tiene mayor importancia, pero en el área integral vamos retrocediendo a millas por hora.
Uno suele confundir las cosas, sabes, creemos que solos podemos manejar las cosas, y que es mejor que cada quien resuelva sus asuntos, sin embargo nacimos en sociedad,¿verdad? ¿Por qué crees que es así? porque nos necesitamos el uno del otro. El día que eso deje de ser, ese día, se acabará la humanidad.
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