Si descansar en tus labios es un pecado, y desear tus brazos una osadía, pues me declaro pecador y osado.
Si pensarte sin descanso es ser extremista y buscarte en todos lados una locura, pues soy el ser más exagerado y desconcertado.
Si decir que me enamoro cada día de tus ojos es una cursilería, y que no encuentro como explicar lo que me provocan tu sonrisa, un empalago, pues soy cursi y empalagoso.
Si al escribir una vez más que te amo harto las letras que me han servido de puente. Si al cantar tu nombre, la melodía se vuelve ambigua, pues buscaré otra manera. Si no la encuentro, me la invento y si aún así me es imposible, sabré que he dejado de vivir.
Marifa