Me entretiene hablar con las paredes, así descubrí lo rara que se escucha mi voz. La verdad no entiendo como la soportas, otra razón para quererte tanto.
Tal vez me hayas oído a lo lejos. Cada noche, antes de acostarme, menciono tu nombre, te mando un beso. Juego con la idea de que lo sientes, me ayuda a dormir tranquilo.
Descuida, mis sueños son variados. El cerebro crea escenas que nunca entenderé por completo y aveces no eres el personaje principal, al fin te dejo descansar por nuestro bien espiritual, aunque tampoco me molestaría.
Ojalá el destino fuera más historia que realidad, así crearíamos transportadores, almorzaríamos juntos y volveríamos a nuestras responsabilidades. Todo sería tan cursi, pero hermoso. Nos reiríamos al respecto, viene el abrazo perfecto y ya está, felices por un retazo de tiempo.
Llevo cuatro párrafos detallando el martirio que vivo porque no te tengo a mi lado y no logro decirte esa frase, esa que tiene dos palabras con significado propio, que unidas llevan al borde de la locura.
Te extraño, como una noche oscura a las estrellas, como el pavimento a las aceras. Te extraño, como un alumno a su maestra. Simplemente, te extraño como la lluvia fresca a mayo, y así te necesito. Te necesito como no imaginas, pero seguiré esperando…. te seguiré esperando porque te amo.
Marifa