Confite de interminables colores. Nos enseñaste a volar, justo en donde estamos. Bella eres, especial, riqueza celestial.
Brotas desde el corazón, viajas por las arterias y regresas. Maravilloso misterio nunca entendido y deseado. Unica, volatil, perpicaz. Fruto auténtico de la naturaleza.
Mientras miro, mientras hablo, mientras camino, siempres estas, nunca cansas. Eres mi razón de ser. Logras engrifarme con facilidad . Tus compaces me hacen libre.
Ese ritmo que resuena, cada vez distinto es nuestro mayor secreto. Eterna amante, fiel compañera, todo lo que no se puede decir, solo adminar. Solo sentir.
Podrá faltarme ganas, podrá faltarme el aire. Quizas pierda el rumbo, mas allí estarás, expléndida como siempre, tratando de reintegrarme. Brindándome esa sonrisa, acariciandone con cada armonía.
Música bella, ¡cuanto te amo! siempre tuya seré, mientras viva, y aún después, bailaré el vals de los ángeles divinos, disfrutándote sin contratiempo. Amandote, hasta el final. Hasta el infinito de los infinitos y más allá…
Marifa